viernes, 25 de septiembre de 2015

Eva Moyano, la mandamás de Camioneros de Mar del Plata que nunca manejó un camión

La hermana de Hugo ganó la elección del gremio a nivel local, pero la lista opositora no pudo participar y denunció amenazas




Irma Eva Moyano nunca fue camionera, pero desde hace tiempo es la líder del sindicato de choferes de Mar del Plata. Si su apellido tiene un peso propio en el gremio en todo el país, mucho más fuerte se hace en la ciudad "feliz". Es que la historia del titular de la CGT opositora como dirigente ha dejado huellas en ese lugar. Y el poder que detenta hoy toda la familia le facilita las cosas a la hermana de Hugo y tía de Pablo y Facundo.

Esta semana, se impuso en las elecciones del sindicato de Camioneros como secretaria general de la seccional marplatense, aunque en los hechos ya era la mandamás de esa regional. La lista opositora "17 de octubre" denunció que no le permitieron participar de los comicios y habló de "aprietes" y "amenazas" por parte de la gente de Moyano. Por ello recurrió semanas atrás al Ministerio de Trabajo para reclamar su oficialización para participar en la votación, o bien la suspensión del acto electoral. Martín Desimone, referente de esa agrupación, adelantó que presentarán un recurso de amparo para anular el resultado de la elección que se llevó a cabo los días 20 y 21 de este mes, y que a nivel nacional refrendó el mandato de Hugo Moyano -y Pablo como secretario adjunto- y lo extendió hasta el 2019. "La votación es trucha porque no nos dejaron participar. Están obligando a la gente a votar sin contemplar nuestra posición", se quejó Desimone.

Pero para el oficialismo todo ocurrió con "total normalidad", según informaron a través de un comunicado. Los cómputos finales del escrutinio arrojaron un "abrumador apoyo" en las urnas a la lista ganadora con más de 1800 votos. "Esto representa un hito histórico al convertirse en la elección gremial con mayor cantidad de votos recibidos por una lista en la historia de esta seccional Mar del Plata", señalaron.

La llegada de Eva a tomar el liderazgo a nivel local fue polémica. Ocurrió en febrero de 2014, cuando el entonces secretario general, Héctor Martínez, pidió licencia por "razones personales", en medio de una serie de denuncias por desvío de fondos en la mutual del sindicato, una caja gorda que manejaban Martínez y Moyano.

Ya en 2011, un hombre de confianza de Moyano, el protesorero de Camioneros Mar del Plata, Ramón "Toto" Lorenzo, se convirtió en un "arrepentido" y denunció que en el gremio del jefe de la CGT se cometen irregularidades administrativas, financieras y persecuciones a quienes se animan a cuestionar los manejos espurios del presidente de Independiente y todo su séquito.

El año pasado, como secretaria general adjunta y al tomarse licencia Martínez, Eva Moyano asumió el mando, y ya desde un primer momento varios dirigentes y delegados no afines empezaron a denunciar hechos de corrupción, amenazas y presiones contra quienes pensaban distinto. Pero además, remarcan que la mujer, de 64 años, jamás trabajó en ninguna empresa de transportes ni tiene formación sindical alguna. Su único mérito, dicen, es ser "la hemana de".



En febrero de este año irrumpió en el Concejo Deliberante marplatense junto a una patota de choferes, cuando se votaba sobre el futuro de un chalet que fue declarado Patrimonio de la Ciudad, y que Moyano quería derrumbar para poder ampliar el hotel del gremio. La sesión se tornó violenta: hubo gritos, sillazos, piñas, patadas y empujones. Por ese mismo caso, en mayo de 2014, Irma Eva filmó una cámara oculta que dejó muy mal parada a la titular del Concejo Deliberante, la radical Vilma Baragiola, que aspiraba a ocupar la Intendencia a partir de 2015. Un secretario de Baragiola le pidió a la "Camionera" ayuda económica para la campaña, a cambio de votar a favor de la demolición del viejo chalet.

Lo cierto es que los Moyano se afianzan en el poder del gremio -Hugo lo conduce desde 1987- y extienden su influencia pisando fuerte también como dirigentes del fútbol profesional en Independiente, donde Pablo es vocal, y en los negocios, a través de empresas manejadas por testaferros, como es el caso de Covelia, empresa de recolección de residuos que adjudican indirectamente a Hugo.

martes, 21 de julio de 2015

Tetas chinas


Hay que decirlo. Es improbable que alguien sufra un infarto por ver una teta. Ni siquiera la de María Eugenia "la China” Suárez, bella mujer por cierto, que fue NOTICIA hoy en Infobae y en otros medios. El “hecho novedoso que interesa al menos a una parte de la comunidad” es una foto que le fuera tomada a la actriz, recostada en una reposera, tomando sol, con una botella de agua mineral en la mano y ella, su teta, ahí a la intemperie, bajo el sol del verano europeo.
No dice nada la teta. Ni siquiera dice “vení, tocame, lameme”. Solo está ahí, blanquita, y redonda como lo que es: una teta. Peor, una teta suelta en una playa en Marbella. Nada más común.
Lo que me llamó poderosamente la atención es el título de la nota: “El topless infartante de la China Suárez”. Sé lo que es tener que titular con el objetivo de atraer los clicks de la mayor cantidad de hombres ”solos y aburridos” posible. No soy ingenuo; es un recurso muy usado para acompañar las fotos de una mina en bolas (o casi), como puede ser “hot”, “caliente”, “sensual”, “sexy”. Así funciona el periodismo hoy y, nos guste o no, la discusión la venimos perdiendo.
Pero lo que me interesa analizar en este caso es que si la teta de “la china”, pálida, playera, no calienta, más lejos aún está de provocar una deficiencia cardíaca. Y no porque sea su teta. No tengo nada contra ella ni su busto. Es más, adoro las tetas desde que nací. Simplemente no creo que exista teta capaz de fulminar irrigador sanguíneo alguno. Y la de esta chica no sería la excepción.
¿Y si así fuera? Imagino una decena de paramédicos a las corridas por la costa de Andalucía, tratando  de reavivar a los cientos de turistas que súbitamente cayeron redondos en la arena víctimas de sendos ataques cardíacos, provocados por la insolente teta de la China Suárez, la única capaz de infartar veraneantes y lectores desprevenidos.