viernes, 30 de octubre de 2009

El paseador abre la puerta y le dice al perro: adentro. Sin decir más nada se retira y el animal se acerca para que lo acaricie. Yo sigo escribiendo y el perro, que viene de caminar la calle durante cinco horas, de oler decenas de culos de otros perros y mear en todos los rincones del barrio, sale al patio, se acerca a la parrilla, levanta la pata y deja su marca amarillenta. Ante mi sorpresa, da una vuelta por todas las habitaciones, vuelve al mismo rincón del patio y repite la acción. Quizás sea su manera de decir: He vuelto, esta es mi casa.

1 comentario:

  1. Los amo a los dos!!!! A vos más, pero no le cuentes a Wal...

    Vivi

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